15 Ene
¿Es bueno hacer una tasación antes de firmar el contrato de arras?
En el complejo mundo de la compraventa inmobiliaria, la prudencia y la información son aliados invaluables para compradores y vendedores por igual. Una de las herramientas más efectivas para garantizar una transacción justa y transparente es la tasación inmobiliaria, especialmente cuando se realiza antes de firmar un contrato de arras. Este paso, a menudo subestimado, puede marcar la diferencia entre una inversión acertada y un costoso error.
En este artículo, exploraremos por qué la tasación antes de arras no solo es recomendable, sino que puede ser crucial para proteger los intereses de todas las partes involucradas en la operación inmobiliaria.
¿Qué es un contrato de arras?
El contrato de arras es un acuerdo privado entre comprador y vendedor de una vivienda que formaliza un compromiso previo a la compraventa. En este contrato, el comprador entrega una cantidad de dinero como señal o anticipo del precio total, reservando así el derecho de compra.
No existe como tal un modelo de contrato de arras único. Sin embargo, sí que podemos enumerar una serie de características del contrato de arras utilizadas de manera habitual:
- Sirve como garantía de la intención de compra y venta.
- El comprador se compromete a adquirir el bien y el vendedor a venderlo en las condiciones acordadas.
- La cantidad entregada como arras se descuenta del precio final de la compraventa.
Establece penalizaciones en caso de incumplimiento por alguna de las partes.
¿Cuándo se firma el contrato de arras?
El contrato de arras se suele firmar cuando un comprador está interesado en una propiedad y desea evitar que otros posibles compradores se adelanten, especialmente mientras realiza trámites como la búsqueda de financiación.
Dicho esto, es necesario aclarar que, si bien la costumbre es proceder a la tasación una vez firmado el contrato de arras, la verdad es que existen ciertas situaciones en las que anticipar la tasación a la firma de las arras puede ser beneficioso.
La tasación, ¿va antes o después de arras?
Cuando un comprador se decide a dar un paso adelante en la compra de una vivienda, tradicionalmente se ha optado por proceder en primer lugar a la firma de un contrato de arras. Probablemente ello es debido a la urgencia del comprador por proteger su derecho a compra y asegurarse de que nadie se le adelanta. Sin embargo, como veremos en el punto siguiente, esto no tiene por qué ser así de manera obligatoria y, es más, lo recomendable es hacer una tasación antes de firmar las arras.
¿Por qué tasar una vivienda antes de firmar el contrato de arras?
Tasar una vivienda antes de firmar el contrato de arras puede tener una serie de ventajas para el comprador, a saber:
- Proporciona una evaluación precisa del valor real de la propiedad, lo que permite tomar decisiones informadas y evitar sorpresas desagradables.
- Ayuda a determinar si el precio acordado es justo y adecuado, brindando una base sólida para la negociación con el vendedor.
- Permite al comprador saber si cuenta con los ahorros necesarios para la compra y si podrá obtener la financiación requerida.
- Proporciona información legal útil sobre posibles cargas, la situación registral y urbanística del inmueble.
- Facilita la negociación con el banco para la obtención del préstamo hipotecario, ya que las entidades financieras suelen conceder hipotecas basadas en el valor de tasación.
- Ofrece mayor seguridad y tranquilidad al comprador antes de comprometerse a la adquisición, evitando, en algunos casos, la posibilidad de la pérdida de las arras.
Tasación antes de arras: la opinión de Balkide
En resumen, podríamos decir que tasar un inmueble antes de comprometerse a comprarlo es una decisión prudente que previene disgustos. Hacer la tasación antes del contrato de arras es una decisión estratégica que puede marcar la diferencia en el proceso de compra.
En primer lugar, porque sitúa al comprador en una posición más fuerte y segura en la transacción al permitirle contar con información al dotarle de argumentos sólidos a la hora de afrontar una negociación en el momento de la compra. En segundo lugar, porque, en el momento de la búsqueda de financiación, refuerza su posición frente a la entidad financiera y se asegura de no asumir un préstamo hipotecario en unas condiciones que no se adecúan con el valor de la propiedad.
